A petición del Prof. y compañero Javier García me pongo a escribir
acerca de mi experiencia en la comunidad de Chirikyacu, comunidad indígena
lamista, y es tal la emoción que siento al recordar el tiempo que estuve allí,
tan corto pero tan intenso, que si mañana me dicen que si quiero volver, no lo
dudo, la mochila la tengo preparada, porque tengo que decir que me sentí
plenamente feliz con sus gentes.
Cómo no recordar a Milagros, tan
sencilla y amable, con que cariño trata a sus hijas, a su esposo Liberto y este
a su vez tan sabio, nunca olvidaré la lección que nos dio sobre el conocimiento
de las plantas, es un auténtico etnobotánico, como aman las gentes su tierra,
como la cultivan, la cuidan, no es para menos, pues es de una belleza que te va
atrapando poco a poco
Pude observar la ilusión con la que las familias preparaban unos
farolillos, a partir de elementos tan sencillos como una caja de cartón, para
la fiesta nacional, ¡qué creatividad!, Como utilizan el barro, fabricando sus
utensilios de cocina, son verdaderos alfareros, o como trabajan con diferentes
tipos de hilo, los tintan y hacen sobre todo las jovencitas, bolsas y
cinturones con un colorido que alegran cualquier indumentaria. Ni que decir del
café, eso sí que es ecológico, no tiene ni un producto químico, hasta los rayos
de sol que lo seca son puros.
Durante mi estancia allí me aloje en el albergue, Wasi, que participó en
su construcción la Universidad de Valencia, soy una privilegiada, las
condiciones de las viviendas son muy deficitarias, carecen de las mínimas
condiciones higiénicas sanitarias, hay que verlo, para hacerse una idea de lo
que es el día a día de estas gentes, donde no hay ni un sistema de
alcantarillado sanitario, lo que hay son letrinas.
En cuanto a las estructuras de Salud, dispone de una posta sanitaria, en unas condiciones, casi
de ruina, por no decir que les habían cortado la luz. Cuando estuve allí
estaban terminando de construir una nueva, esperemos que ya hayan finalizado
las obras y finalmente pueda ser atendida la gente en unas mínimas condiciones
de confortabilidad
La posta estaba atendida por una enfermera y una obstetra, mujeres
dedicadas a su profesión, en condiciones muy difíciles El hospital de
referencia se encuentra en la localidad de Lamas a media hora de las
comunidades
En Educación, cada comunidad dispone de profesorado de primaria e
infantil. La enseñanza obligatoria finaliza a los 11 años, cuando llegamos allí
nos estaban esperando las niñas y niños vestidos con sus mejores galas, el
traje típico Lamista, ¡¡¡preservado para las grandes ocasiones!!!
Pero no estábamos allí de vacaciones sino para trabajar con la
comunidad y en mi opinión, después de
observar y entrevistarme con distintas personas de las comunidades, considero
que habría áreas prioritarias de intervención, por grupos de población,
partiendo de la intervención participativa de la comunidad,
Planificar intervenciones en Educación para la salud en:
Salud buco dental, tanto en población adulta como en niños
Higiene corporal, fundamentalmente de las manos debido a la gran
prevalencia de parásitos,
Alimentación
Utilización de los recursos naturales, etnobotánica
Educación afectivo sexual
Protección : saneamiento y aguas residuales
Capacitación en gestión turística, (gastronomía, agricultura,
herboristería, talleres de artesanía local…) guías locales, dirigido
fundamentalmente al grupo de población de adolescentes- jóvenes.
Construcción de lavabos en la escuela
¡¡¡Hasta pronto gentes de Chirikyacu!!!
Enero 2013
Luisa Ruano. Profesora de Enfermería de la Universidad de Valencia
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